En este artículo pretendo
brindar algunas señales para que
aquellos que trabajan y dependen de un “Jefe”, se den cuenta con mayor rapidez
y precisión si trabajan con un buen directivo que posee aptitudes y actitudes
de alta calidad humana y profesional.
Tal vez sean pequeños
detalles, temas que aparentemente puedan parecer triviales, pero denotan las
cualidades y el talante del directivo del cual dependes jerárquicamente en la
organización. Como se dice en un comercial de una conocida marca de cerveza:
“la magia está en los detalles”; pasemos a esas señales:
1. Un buen jefe siempre
contesta los correos que le envías informándole algo, aunque sea para darte un
Ok. Acusando recibo, te agradece el envío y es excelente cuando además te
responde dándote algunas pautas o recomendaciones.
2. Un buen jefe siempre te
felicita cuando haces las cosas bien; te da ánimos, te motiva a seguir
esforzándote; lo puede hacer de manera directa, indirecta o pública. El buen
jefe sabe reconocer y valorar tu buen trabajo y lo sabe manifestar
explícitamente.
3. Un buen jefe sabe
enseñarte; te dedica tiempo, te acompaña; comparte sus experiencias, se da
tiempo para ti; para saber cómo va tu trabajo, qué dificultades tienes y trata
de ayudarte, orientarte y aconsejarte en base a sus conocimientos, experiencias
y habilidades.
4. Un buen jefe trasciende lo
laboral y se interesa también por lo personal; trata de inculcarte buenos
hábitos, que desarrolles virtudes humanas, sabe pulir tus defectos y te anima a
superarlos; te hace ver la importancia de ser mejor persona, de dar buen
ejemplo; se preocupa por tu superación.
5. Un buen jefe es ejemplar;
es decir es coherente entre lo que bueno que dice, lo que bueno que hace y lo
bueno que piensa. En síntesis: predica y enseña con su buen ejemplo.
6. Un buen jefe tiene una
inteligencia emocional muy bien desarrollada; es decir sabe cómo decir las
cosas; en qué momento decirlas, dónde decirlas, a quién decirlas y piensa muy
bien qué va a decir, para qué lo va a decir y qué tono o estilo va a emplear.
7. En un buen jefe se destacan
virtudes tales como: la responsabilidad, la laboriosidad, la honestidad, la
prudencia, la sinceridad, la amistad, el servicio a los demás, la solidaridad,
la puntualidad, la transparencia, la justicia, la rectitud de intención y el
buen criterio.
8. Un buen jefe sabe
identificar claramente las competencias y habilidades de sus colaboradores y
los ubica en cargos, posiciones o puestos donde ellos serán más productivos,
rendirán mejor y ser más eficaces.
9. Y por último el buen jefe,
más que jefe es tu amigo, tu mentor, alguien que te conoce mucho y en quien
puedes confiar y contarle hasta temas de mayor intimidad, porque te brinda la
confianza para hacerlo y sabrá “sacar la cara por ti” cuando corresponda.
Por eso, si tienes la suerte
de trabajar en una empresa con directivos de esa categoría humana, date por
bien servido; de lo contrario será mejor buscar nuevos trabajos, en donde se
presente un mejor desarrollo profesional y personal, y donde además existan
directivos de los cuales puedas aprender ser mejor y crecer en todo sentido.
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